El juego con nuestro perro
- Posted by Manuel Villar Dorado
- Categories Bienestar animal, Blog, Ocio
- Date 23/09/2022
Es evidente que como tutores de nuestros perros nos hemos percatado de que aquellos individuos que cuentan con una grado de sociabilidad adecuada juegan y se divierten en el momento que coinciden en parques o zonas de esparcimiento , incluso en la calle y plazas, ya que ellos no tienen preferencias sobre el lugar donde han de iniciar un momento comunicativo.
Pero, en algún momento te has preguntado si ¿todos los animales juegan?, ¿cuál es el motivo real de sus juegos? ¿lo hacen durante toda la vida o solo en algunas fases de su crecimiento? El fin principal de este texto es dar contestación a estas y otras preguntas que en algún momento has podido hacerte y esclarecerlas para ti.
¿Quieres saber más? ¡Vamos allá!!
Quisiera comenzar dando un dato que creo que te va a impresionar, debido a la complejidad del juego y las estrategias que mantiene, el juego es considerado una actividad prácticamente exclusiva de los mamíferos. Muchos estudios científicos defienden que casi un 80% de ellos juegan, esto es debido a que su sistema nervioso se encuentra mucho más desarrollado que el de otros organismos. Aunque es menos frecuente verlo, el juego también aparece en algunas aves, actualmente a través de estudios de investigación básica también se conoce la existencia del juego en otros grupos, como los reptiles, anfibios y peces, estos muestran comportamientos rudimentarios que recuerdan a “juegos”.
Por otro lado, el juego siempre ha sido asignado a individuos jóvenes, casi de forma exclusiva, veremos que esto no es cierto y que además está demostrado que en algunas especies el juego es algo practicado hasta en fase de madurez e incluso el final de la existencia del individuo, como pasa en el los primates, el humano es un de ellos.
Como en esta ocasión queremos centrar el texto en una especie determinada, vamos a dirigir él mismo sobre los Canis lupus familiaris, nuestros perros.
¿Qué es el juego y por qué juegan?
El juego es un elemento vehicular para que los animales puedan llegar a desarrollar muchas estrategias que durante su vida serán necesarias, como en la caza, en la comunicación y sus herramientas de relación. Muchos animales dejan de utilizar el juego en su fase más adulta, mientras otros como el perro las siguen manteniendo como instrumento de relación y cohesión. Los motivos de encontrarnos hoy en día a perros juguetones durante todo su vida son genéticos, ya que, un atavismo que ha perdurado en el perro es la inmadurez y jovialidad, desde los comienzos de su domesticación, cuando el humano seleccionaba a estos individuos más cercanos y predispuestos a aprender y colaborar.
La mayoría de los individuos que hoy colaboran en alguna actividad con el humano, ya sea en el pastoreo, la caza, o protección de sus recursos (perros de guarda), son individuos que se caracterizan por ser animales muy juguetones.
Como veremos más adelante, los individuos pueden tener un juego intraespecífico (entre perros) e interespecífico, en este caso, puede parecernos que tenga una funcionalidad diferente, aunque la mayoría de ocasiones la el juego es mismo, pero jugamos de manera diferente o queriendo jugar a lo mismo, nuestro perro se empeña en que termine siendo un juego diferente.
El polimorfismo en los juegos
Los estudios de ADN más actuales han permitido comprobar que el lobo y el perro comparten muchas secuencias de carga genética, esto no quiere decir que el perro es una evolución del lobo, la mayoría de estudios relacionados apuntan a que compartan un ancestro común a partir del cual se desarrollaron estas dos subespecies, esta especie primigenia no existe en la actualidad.
A su vez la selección artificial a la que hemos expuesto al perro a lo largo de los años, en donde este proceso de selección de genes hizo su primera aparición teórica en 1859 — porque, en la práctica, la domesticación del lobo fue el primer experimento — [Lindblad-Toh, K., et al. (2005) y Axelsson, E., et al. (2013)] , nos ha dado como fruto más de 400 razas polimórficas (diferentes formas) no solo desde el punto de vista de su estructura y morfología sino también desde su base comportamental, por lo tanto, es lógico que como raza e individuo también existen formas y modos de juego diferentes con finalidades diferentes y estrategias diferentes a tenor de la funcionalidad que persigue. Como sería inviable nombrar la multitud de variables comportamentales que puede desarrollar dentro del juego un individuo de una raza determinada, vamos a resumir todas ellas en las tres principales formas más comunes de juego en los perros hoy en día.
El autodidacta del juego o jugador solitario
El juego solitario con objetos parece derivarse de un comportamiento depredador [Bradshaw, J. W., Pullen, A. J., & Rooney, N. J. (2015)].
Aunque esto pueda parecer una mala práctica en nuestros perros, tenemos que pensar que para algunos individuos mono vinculados y con un apego ambivalente es un ejercicio muy positivo que genera autonomía y falta de demanda de atención. Por lo que para el perro con este tipo de problema lo más importante es que aprenda a jugar solo, dotándolo siempre que se pueda de juguetes que pueda morder y destruir, normalmente suelen gustarles más los juguetes que hacen algún tipo de ruido y se mueven de forma errática o dispensen premios alimenticios. Una estrategia que funciona mejor que dejar todos los juguetes a su alcance es generar una rotación y despliegue de juguetes con el fin de no perder motivación en ellos.
Perros que juegan con perros
El juego social intraespecífico (entre perros) es estructuralmente diferente del juego interespecífico (perro y otra especie) y, por lo tanto, puede ser motivacionalmente distinto y servir a objetivos diferentes. [Bradshaw, J. W., Pullen, A. J., & Rooney, N. J. (2015)].
La mayoría de tutores que acuden con sus perros a que estos interactúen con sus conespecíficos (misma especie) se asombran de la fuerza y la energía con la que sus perros intervienen durante el mismo. La mayoría de las veces que los perros juegan, no lo hacen con motivo de medir sus fuerzas, si no para cohesionarse de una forma más “amable” y menos peligrosa. Esto está evidenciado por el hecho de que cuando las fuerzas entre individuos se intercambian, se mantienen las reglas del juego, “cambio de perfil”.
“La interacción inicial es más importante cuando los perros no están familiarizados, una vez que se ha producido este “saludo” es más probable que las parejas desconocidas investiguen su entorno de forma independiente en lugar de hacerlo juntos” [Pullen,A.J.,Merrill,R.J.N.,Bradshaw,J.W.S., 2013].
Un aspecto importante del juego es el aprendizaje que se produce a través de la observación y el mimetismo (la imitación) de la conductas, cada individuo ha de entrar al juego sin ser forzado a ello por sus tutores, dándole tiempo a que se adapte y pueda observar las diferentes relaciones existentes entre los individuos que se están comunicando.
Los juegos también pueden asumir una mayor importancia para una minoría de perros “potencialmente dominantes” [Applied animal behaviour science 75.2 (2002)]. La observación del tutor durante los lances del juego de los perros se hace indispensable, lo más importante y por motivos de seguridad evidente, si hemos detectado que nuestro perro es una animal que tiende a controlar los recursos a su alcance (juguetes, palos, u otros) durante el juego será mejor evitar sacarlos cuando haya otros perros presentes.
El jugador interespecífico. Perro-Humano
Ya hemos comentado anteriormente que la acción de jugar es un factor importante en la sociabilidad, durante el juego los perros se relacionan con el contexto social de las normas, estrategias que persigue y posibles roles a adquirir del juego en el que participan, pero, además, pueden aprender de otros juegos practicados por terceros, con el fin de alcanzar un mayor éxito en la comunicación.
“Por lo tanto, la frecuencia y la forma de jugar pueden ser un indicador de la calidad de las relaciones entre perros y dueños.” [JWS Bradshaw, AJ Pullen, Rooney. 2014].
Cuando perros y tutores juegan, se establece una conexión emocional placentera, esta siempre ha de ser equilibrada y estar influenciada rutinariamente por una valencia positiva, ya que, a través del juego queremos trasladar confianza, tranquilidad y reconocimiento. El juego bien estructurado es la herramienta perfecta para mejorar muchas características que influyen en la calidad de vida y las de la personalidad de nuestros perros, como puede ser la “resiliencia” (capacidad de resistir, superar o adaptarse a circunstancias adversas) o el “vínculo /relación” (apego seguro). El juego también es un gran vehículo para la enseñanza desde un punto de vista más lúdico y divertido, donde conectaremos con los valores más motivacionales de nuestros perros, para ello se vuelve indispensable observarlos detenidamente para contestar a ciertas preguntas como ¿cuáles son aquellas prácticas, juegos o actividades que más le divierten?, ¿qué juguetes son los que le atraen? e incluso ¿cuáles son los premios alimenticios que más le apasionan?, si podemos dar respuesta a estas preguntas, el juego estará garantizado y no solo nos servirá para que nuestro perro pueda divertirse con nosotros, sino también para dirigir su enseñanza e incluso ayudarle a adaptarse a contextos adversos que le incomodan.
Conclusión
Resumiendo, jugar con nuestros perros es un hábito que con el tiempo no solo mejora la relación entre ambos, sino que también influye de forma álgida en el bienestar de todos los animales, humanos y no humanos. Durante los lances del juego el uso de ciertos reforzadores secundarios (ya que se establece como primaria la propia acción de juego, siempre que este mantenga valencias emocionales positivas) harán que los animales adquieran conductas funcionales que ayuden a nuestro perro a adaptarse a la vida en sociedad.
Como ya hemos mencionado en otro de nuestros Artículos de este Blog “Comunicación, Contagio Emocional y Relación”, durante los momentos comunicativos del juego, como tutores, podremos disfrutar de la amplia gama de movimientos, gestos y acciones motoras (animal facts) que reflejan el estado emocional del animal y, por tanto, contagiarnos también de su estado anímico, esto se vuelve obligado para disfrutar ambos del momento.
“Si llevo a la playa a mi perro para que juegue con otros perros, con los juguetes de otros perros y con los propietarios de otros perros, ¿sabes en lo que te has transformado tú?, ya te lo digo yo ¡¡en un taxista!!”
No lo olvides. Disfruta de tu perro.
Manuel Villar
Director técnico
Tag:bienestar animal, Juego
Director técnico de Etolcanin